El conocimiento es la base de todo quehacer humano y la agricultura ha ido generando, acumulando y utilizando este conocimiento durante milenios. De igual manera ha sucedido con la actividad pesquera, tanto extractiva como la que centra su actividad en el cultivo de especies marinas o continentales. Sin embargo desde hace algún tiempo el conocimiento, como base de la innovación, constituye el elemento esencial de cualquier actividad económica para mantenerse en el nivel competitivo que exige una economía abierta y globalizada.