Resumen: Empieza el autor señalando que el escándalo de nuestro tiempo es el problema del subdesarrollo. A continuación se subraya que los países considerados como subdesarrollados, presentan ciertos rasgos comunes. En esta ruta se entra, en primer lugar, en la faceta demográfica, poniéndose de relieve que el mundo subdesarrollado ostenta un índice de natalidad muy elevado y un índice de mortalidad de importancia. Del entramado económico de los Estados subdesarrollados se destacan -con cuadros estadísticos, etc.- toques típicos como los siguientes: a) actividad económica constituida esencialmente por la agricultura, la ganadería y, en ocasiones, la extracción de productos minerales; b) exportaciones basadas sobre productos primarios; c) degradación de los precios de los artículos de exportación de los países pobres, etc. Finalmente, se examinan los caracteres de la estructura cultural de los Estados subdesarrollados, fijándose la atención en temas que van desde el acuciante asunto del analfabetismo (entrevisto no sólo como una plaga social semejante a la miseria o a la enfermedad, sino más bien como un subempleo de factores de producción) hasta el llamamiento a la «estrategia de la enseñanza».