Resumen: La crisis de la agricultura tradicional en España siguió las pautas que guiaron el proceso de modernización en otros países occidentales. La crisis energética cuyo inicio se remonta a 1973 afectó simultáneamente a todas las economías, y esa es la razón del mayor grado de incertidumbre con relación al futuro de la agricultura. En cualquier caso, no se va a producir ningún regreso a formas anteriores de producción. En los próximos años, pueden intensificarse las tendencias ecologistas y autonómicas, y cobrará importancia un modelo más autosuficiente de agricultura, con una menor dependencia de los factores que no sean agrícolas. Para superar la crisis actual, hay que tener en cuenta que será preciso abordar las causas de los problemas agrícolas y no sus efectos, como suelen hacer las políticas convencionales que se aplican en la actualidad.