Resumen: El autor examina el problema de la propiedad desde la perspectiva de la empresa, deteniéndose en varios extremos que dibujan la función social: la propiedad activa o empresarial frente a la propiedad estática, que da lugar a la exigencia del cultivo eficiente; las relaciones entre propiedad y gestión, que desembocan en la exigencia del cultivo directo, y la imposición al propietario de la necesidad del cultivo correcto. Se plantea el problema de las plusvalías y la licitud de su apropiación, y el de la participación en los beneficios y el de la congestión de los trabajadores. Se refiere a la utilización del impuesto como instrumento de la política agraria. Termina el autor refiriéndose a las limitaciones de la propiedad en relación a la extensión y al tiempo, a la expropiación y a las nuevas formas de empresas agrarias, destacando que la propiedad privada del suelo de cultivo permanece incólume, los mismo que la explotación familiar, a pesar de los esfuerzos, como el del Plan Mansholt; para ir a explotaciones plurifamiliares, cooperativas o asociativas.