Resumen: El conocimiento se presenta como un elemento clave en todo proceso de inducción participativa de cambios a nivel local, por lo que el adecuado diseño de actividades formativas es vital en el desarrollo de las zonas rurales. Se plantea en el artículo cómo la formación puede intervenir en los procesos de desarrollo local a tres niveles, a saber: induciendo cambios en el concepto de bienestar de la comunidad local, aportando los conocimientos que faciliten la participación en el proceso, y simplificando la puesta en marcha de actividades económicas. Sobre esta idea se aportan una serie de reflexiones en el contexto del paradigma de maximización del Bienestar Social.