Resumen: La movilidad de la mano de obra viene a ser la respuesta de la población trabajadora, en su intento de encajarse en el panorama, siempre cambiante, de la economía del país. Su medida puede efectuarse: 1) Como medida de «stock». Se comparan aquí los volúmenes de mano de obra activa existentes en un ámbito «al» final de un período de tiempo. 2) Como medida de «flujo». Se consideran las entradas y salidas «durante» un cierto período en un determinado ámbito. A su vez, cada una de estas dos formas en que puede medirse la movilidad se desdobla en tres planos, según sean el concepto ambiguo que intencionalmente hemos dado a la palabra recinto o ámbito: 1) Movilidad geográfica. Cuando el recinto base donde analizamos el movimiento se refiere a lugares geográficos. 2) Movilidad económica. Cuando dicha base es una actividad económica. 3) Movilidad en la categoría de la ocupación. Es, finalmente, la que considera recintos tales como «asalariados», «trabajadores familiares», «profesionales del oficio», etc., que definen determinados niveles en la escala vertical de la ocupación. Habitualmente, las estadísticas sobre movilidad reflejan ésta como medida de «stock» y en el plano geográfico. Por tanto, parece oportuno insistir en que el llamado éxodo del campo no debe confundirse con la diferencia de las poblaciones activas, ya que habrá que sumar a dicha diferencia el incremento natural habido en el transcurso del año, esto es, el saldo entre aquellas personas que entran en el mundo del trabajo y las que, por jubilación, muerte o incapacidad, dejan de considerarse activas.