Resumen: La idea de que el crédito barato produce excesivas inversiones en capital, fomentando la sustitución de la mano de obra agrícola por maquinaria, tiene su origen en la teoría neoclásica. Pero, ésta tiene sus limitaciones; las alteraciones del uso de los factores en los países menos desarrollados, son el resultado menos deseado de este tipo de créditos. La falta de un tipo de interés predominante y unos mercados financieros lejanos de la perfección, hacen inapropiado aplicar la teoría neoclásica de los tipos de interés, en los países menos desarrollados, sin al menos introducir modificaciones. Igualmente, los argumentos sobre precios confusos, tipos limitados o el de la vinculación a los préstamos, sustentados por el pensamiento tradicional, no se hallan suficientemente claros. Las investigaciones más recientes han demostrado una proporcionalidad inversa entre el tipo de interés cargado en los préstamos agrícolas en los países poco desarrollados y las concentraciones de los préstamos. Los tipos de interés bajos fuerzan a los prestamistas a concentrar los préstamos de esta clase en las empresas que tienden a ser intensivas en capital. En algunos países, el funcionamiento de los mercados financieros está teniendo un efecto adverso sobre la distribución de la renta. Asimismo, los tipos de interés bajos provocan otra serie de problemas, como el de los costes de los intermediarios, incentivos de ahorro e instituciones financieras y pone de manifiesto su falta de operatividad- en la distribución de oportunidades en países poco desarrollados.