Resumen: Se lleva a efecto un estudio sobre la evolución de las formas de propiedad y en especial de la organización del trabajo agrícola en el Sur de la Península en un proceso que bascula inicialmente entre dos modelos de empleo, el individual como asalariado en un marco rígido, centralizado, jerárquico y coercitivo, y otro, de carácter más paternalista, que agrupa a los trabajadores en unidades familiares, las cuales dan mayor estabilidad a las relaciones de poder. El estudio sigue atentamente la dinámica de estas relaciones en el tiempo, contemplando las características del colonato, su crisis y los posicionamientos patronales de la llamada «colonización interior» de la postguerra, contemplando dos casos paradigmáticos del renacimiento del colonato en los años setenta: las explotaciones arroceras en las Marismas del Guadalquivir y el cultivo de la remolacha en la Campiña de Sevilla.