La directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Esperanza Orellana, ha destacado hoy que la mejora en los procesos productivos del sector ganadero ha reducido, en los últimos años, su impacto medioambiental.
En una jornada hoy en Madrid organizada por el MAPA sobre “Mejoras técnicas disponibles para disminuir el impacto ambiental de la ganadería”, Orellana ha hecho hincapié en que el sector ganadero está activamente comprometido, tanto los ganaderos como las distintas instituciones públicas, en contribuir a la reducción de emisiones.
En este sentido, ha resaltado que el sector ganadero y la Administración colaboran para llevar a cabo medidas que den cumplimiento a los compromisos medioambientales adquiridos en los Acuerdos de París, así como con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.
La investigación y modernización de los procesos productivos han reducido de manera significativa el impacto medioambiental por unidad productiva, ha asegurado Orellana. “El sector es más eficiente a la hora de producir. Producimos más con menos”, ha apuntado.
Ha detallado que en España, en 2018, el sector agrario aporta el 11,6 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) totales y la ganadería casi dos terceras partes de las emisiones del agrarios. En este sentido, Orellana ha señalado que “la ganadería española apenas aporta el 7,6% de las emisiones GEI de España y el 0,6 % de la Unión Europea”.
Ello no quiere decir, ha incidido, que no debamos seguir trabajando para mejorar estos números y contribuir de manera activa a los compromisos adquiridos por España en materia de reducción de emisiones. También los relacionados con la calidad de aire.
La directora general también ha señalado que la ganadería “es fundamental en la vertebración del territorio, creación de empleo y fijación de población en zonas rurales”. Es un “motor contra el despoblamiento” sea cual sea el sector y el modelo productivo.
Así, por ejemplo, se ha referido a que las explotaciones de vacuno, ovino y caprino se suelen ubicar en zonas donde la geografía y las condiciones climáticas no permiten el desarrollo de otras actividades, mientras que el porcino y otras actividades ganaderas más intensivas precisan de mano de obra cualificada y generan mayor cantidad de empleo.
Ha reiterado que la preocupación medioambiental es una constante en el sector ganadero y que desde el Gobierno se apoyan medidas para lograr actividades productivas más sostenibles.
En particular, se ha referido a la próxima aprobación de nueva normativa en materia de ordenación de las granjas porcinas, vacunas y avícolas, para mejorar su impacto ambiental, la bioseguridad y el bienestar de los animales. También ha mencionado los proyectos para favorecer una maquinaria agrícola más eficiente y menos contaminante, o para la nutrición sostenible de los suelos agrarios.
La “sostenibilidad de la producción agrícola es uno de los aspectos más relevantes de la revisión de la Política Agrícola Común (PAC)” que se está llevando a cabo, según Orellana. Así, está especialmente reflejado en el Plan Estratégico de la nueva PAC que está elaborando el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en colaboración con las comunidades autónomas y los representantes del sector agrario y ONGs.
Ha remarcado que el objetivo es “avanzar” hacia un modelo agroganadero más respetuoso con el clima y el medio ambiente para contribuir a la atenuación del cambio climático y a la adaptación a sus efectos, así como promover el desarrollo sostenible y la gestión eficiente de recursos naturales (agua, suelo y aire) para preservar la biodiversidad y conservar hábitats y paisajes.