El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación y el presidente de la empresa pública Seiasa han firmado hoy dos convenios para la ejecución de las obras, las primeras con financiación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia
La inversión total que se movilizará será de 500 millones de euros, incluyendo la aportación privada
Luis Planas destaca que los nuevos sistemas de riego mejoran la eficiencia en el uso del agua, reducen costes energéticos y favorecen la diversificación de cultivos y una mayor competitividad de la agricultura
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), Francisco Rodríguez Mulero, han firmado hoy dos convenios de colaboración para la ejecución de una serie de actuaciones en materia de modernización de regadíos que suman una inversión pública de 332 millones de euros, que, con la iniciativa privada, movilizará un total de 500 millones de euros. Uno de ellos supone la puesta en marcha de las inversiones para la mejora de la eficiencia y sostenibilidad de los regadíos, incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de la economía española, que, en esta primera fase, abarca 45 actuaciones con una inversión pública de 260 millones de euros. Con las aportaciones privadas ascenderá en total a 325 millones de euros. El segundo acuerdo de colaboración firmado hoy es para la realización de obras contempladas en la planificación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de regadíos declarados de interés general, con un gasto público de 72 millones de euros que movilizarán una inversión total de obra ejecutada de 175 millones de euros. Este programa contempla 14 actuaciones para modernizar 29.000 hectáreas de superficie cultivable. El plan para la mejora y eficiencia de la sostenibilidad de regadíos a cargo del mecanismo de recuperación tendrá una segunda fase a partir de 2022 con una inversión pública de 303 millones de euros y 48 nuevas actuaciones. El total de este plan suma 563 millones de fondos públicos, que con el 20 % de colaboración privada supondrá una inyección de 704 millones de euros y supondrá la modernización de más de 100.000 hectáreas de regadíos. Los proyectos incluidos han sido seleccionados a propuesta de las comunidades autónomas, de acuerdo a los requisitos de sostenibilidad ambiental, eficiencia energética, e implementación de nuevas tecnologías exigidos por la Unión Europea para la aplicación de los fondos de recuperación. Al estar financiados con éstos, las obras deben estar terminadas en el año 2026. Luis Planas ha destacado que se trata de “la mayor inversión pública en regadíos sostenibles de las últimas décadas” y que va a suponer un importantísimo avance no solo en la sostenibilidad medioambiental, en la eficiencia de los recursos y en la tecnificación, sino también en la mejora de la productividad y rentabilidad del sector agrario. España cuenta con la mayor superficie de regadíos de Europa, 3,8 millones de hectáreas, y este modo de cultivo ha sido, según Planas, una herramienta clave para la competitividad del sector agrícola por su capacidad para generar valor. “Quien quiere dedicarse a la tierra, tiene que trabajar el agua”, ha asegurado el ministro, y ha precisado que el 23 % de la superficie cultivada en España es de regadío, pero en ella se genera el 65 % de la producción final agrícola. Los riegos más eficientes suponen cerca del 77 % de la superficie de riego, con más de 2,9 millones de hectáreas, de los que casi 2,1 millones de hectáreas se corresponden al sistema de riego localizado y cerca de 885.000 hectáreas al grupo constituido por aspersión y automotriz. Otras 888.094 hectáreas aún se riegan por gravedad. Planas ha reiterado el compromiso del Gobierno con la modernización de los regadíos, como evidencia que sean las primeras actuaciones del plan de resiliencia, y ha asegurado que “el regadío sostenible junto a la digitalización y el relevo generacional son los tres pilares sobre los que se va a sustentar el modelo de actividad agraria en el futuro próximo”.