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El término «Una sola salud» (en inglés «One Health») describe un enfoque integral y unificador cuyo objetivo es equilibrar y optimizar la salud de las personas, los animales y los ecosistemas. Utiliza los vínculos estrechos e interdependientes que existen entre estos campos para establecer nuevos métodos para la gestión de los riesgos asociados a las enfermedades con un enfoque multidisciplinar e integrado.
«Una sola salud» se aplica a una serie de cuestiones, entre las que se incluyen:
• La resistencia a los antimicrobianos (RAM), que se produce cuando patógenos como bacterias y parásitos desarrollan la capacidad de vencer a los fármacos diseñados para acabar con ellos y seguir creciendo y propagándose;
• Las zoonosis, que son enfermedades infecciosas causadas por patógenos que se propagan entre animales y personas de forma natural, tales como el ébola, la gripe aviar, la rabia, la Fiebre del Nilo occidental, la Fiebre hemorrágica de Crimea Congo, la Fiebre del Valle del Rift, entre otras. Dentro de las zoonosis, existen enfermedades de transmisión alimentaria que afectan a la inocuidad de alimentos a través de su contaminación, la cual puede producirse en cualquier fase de la cadena de producción, entrega y consumo de alimentos. Como ejemplos destacan campylobacter, norovirus, salmonella, listeria, etc.
• Enfermedades transmitidas por vectores, que afectan a las personas y/o animales que sufren picaduras de un vector (mosquitos, garrapatas, piojos y pulgas) e incluyen el dengue, el chukungunya, el paludismo, etc.
• Salud ambiental, como la contaminación del agua, la contaminación atmosférica y el cambio climático.
• Y, en general, en cualquier asunto en la que la integración de diferentes disciplinas es necesaria para asegurar una gestión efectiva.
La pandemia de COVID-19 puso de relieve la necesidad de establecer un marco mundial destinado a mejorar la vigilancia de enfermedades, con especial atención a las enfermedades emergentes con potencial zoonótico, con un sistema más holístico e integral. A partir de entonces, se ha dado un nuevo impulso al concepto de “Una sola salud” promovido por organismos internacionales como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con el objetivo de alentar y promover su aplicación práctica a nivel nacional en todos los países del mundo, entre ellos en la Unión Europea (UE) y España. Para prevenir, detectar y responder a los nuevos retos de salud, todos los sectores implicados deben colaborar de forma conjunta para conseguir lo que ningún sector puede lograr por sí solo.
Para poner en práctica este enfoque, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, MAPA, a través de la Dirección General de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, el Ministerio de Sanidad, MS, a través del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, CCAES, así como las unidades implicadas en sanidad ambiental, y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto demográfico, MITERD, a través de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, así como la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, colaboran de manera estrecha en su día a día en relación a los temas donde la aplicación de Una sola salud es necesaria, marco en el cual se están materializando las siguientes actuaciones, entre otras:
La emergencia o reemergencia de enfermedades transmitidas por vectores, muchas de ellas zoonóticas, está aumentando en los últimos 30 años a un ritmo antes desconocido. Esta emergencia es el resultado de la confluencia de factores medioambientales, ecológicos, sociales, económicos y políticos, que facilitan la interacción del agente infeccioso, los vectores y el medio ambiente en el que se desarrollan, y el ser humano.
Por la proximidad con el continente africano, siendo lugar de tránsito de aves migratorias y personas, y por las condiciones climáticas, cercanas a las de zonas donde hay transmisión de enfermedades vectoriales, España es un país en el que las enfermedades vectoriales podrían verse potenciadas por el cambio climático. Este riesgo viene derivado de la extensión geográfica de vectores ya establecidos o por la importación e instalación de vectores exóticos que están ampliando sus límites de latitud incluyendo las latitudes en las que se encuentra nuestro país.
Las enfermedades vectoriales zoonóticas más relevantes susceptibles de ser influidas por el cambio climático en España serían aquellas transmitidas por dípteros como dengue, fiebre del Nilo occidental, fiebre del valle del Rift, malaria y leishmaniosis; las transmitidas por garrapatas como la fiebre hemorrágica de Crimea Congo, encefalitis por garrapata, enfermedad de Lyme, fiebre botonosa y fiebre recurrente endémica, entre otras. Pero la mayor y más factible amenaza sería la instauración del mosquito Aedes albopictus, que sería capaz de transmitir enfermedades virales como la del Nilo occidental o el dengue.
Para la gestión del riesgo que suponen las ETV en España, se ha desarrollado el plan nacional de vigilancia, prevención y control de ETV que se he diseñado con un enfoque claro de una sola salud aplicado as las ETV, este plan es accesible en el siguiente enlace: Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de las enfermedades transmitidas por vectores