La ganadería del equino en España es, históricamente, una de las más antiguas. Sin embargo, en las últimas décadas ha experimentado un radical cambio de orientación económico – productiva, conviviendo hoy con actividades económicas dedicadas al ocio, deporte, turismo, genética, trabajo y producción.
España sigue siendo uno de los países europeos con mayor censo de equinos y la calidad genética de nuestras razas puras, especialmente las autóctonas y concretamente el Pura Raza Español, es reconocida a nivel internacional. El crecimiento económico de este sector, así como la mejora de los sistemas de identificación, permite estimar el censo equino en unas 600.000 cabezas de ganado, la mayor parte situada en Andalucía. El número de explotaciones equinas se ha incrementado en los últimos años, aunque matizable por CCAA y tipo de explotación, siendo la mayor parte explotaciones de uso particular o de aptitud no comercial.
Aunque España no cuenta con una tradición de consumo de carne de caballo, esta producción viene cobrando importancia con los años ya que, por un lado, la producción se mantiene estable y focalizada en el noroeste peninsular, donde se ubican las explotaciones de cría en extensivo, y levante, con cebo más intensivo. Por otra parte, este ganado contribuye al mantenimiento del medio natural, aprovechamiento de pastos y conservación del patrimonio genético, contribuyendo así a la revalorización y desarrollo rural.
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