A escasos metros de la cumbre del pico Urbión (2.228 m) está la Fuente del río Duero,dentro del Parque Natural de la Laguna Negra y Circos Glaciares de Urbión. En su tramo inicial sus aguas recorren un paisaje de alta montaña, caracterizado por la presencia de pastizales y cortados rocosos, pronto sustituidos por los magníficos y extensos bosques de pino albar que crecen en las laderas de la Sierra de Urbión.A lo largo de esta etapa, el río Duero es un río de montaña, de aguas límpidas y cristalinas, con el lecho pedregoso; el lugar perfecto para que las truchas encuentren alimento y buen refugio.
El Camino Natural Senda del Duero comienza en los Picos de Urbión, desde donde desciende vertiginosamente en dirección a Duruelo de la Sierra, compartiendo trazado en este tramo con el Sendero Ibero-Soriano (GR-86). En este tramo alto del camino y hasta casi la localidad de Duruelo de la Sierra, el tránsito con bicicleta es dificultoso.
El sendero atraviesa los parajes de Peñas Blancas, Fuente del Berro, Castroviejo, La Chorla y Las Huertas. Antes de que este último se termine, el sendero abandona el GR-86 haciendo un cambio de sentido hacia la izquierda por una pista de tierra hasta llegar al río Duero, que atraviesa por un puente, y continúa por la margen izquierda del río, por el paraje de La Mata, llegando finalmente a las calles de Duruelo de la Sierra.
No resultará difícil observar en el camino ciervos (Cervus elaphus) y corzos (Capreolus capreolus) en el camino, o ver, si se presta atención, setas, como los populares níscalos (Lactarius deliciosus) y boletos (Boletus spp.).
La señalización, que en los pueblos consiste en unas chapas adosadas a las fachadas, indica el camino a seguir. El sendero atraviesa la localidad de Duruelo de la Sierra, dejando a un lado la iglesia y necrópolis de San Miguel Arcángel y abandonando el caserío al cruzar el puente sobre el río Triguera.
Dejando atrás la carretera CL-117, el sendero cruza una cancela de madera y alambre por el paso existente para peatones.
Nada más cruzar la valla, en una caseta de bloque de hormigón, el trazado del Camino Natural se separa del GR-86 que está muy marcado, gira a la izquierda y se introduce en un pinar de pino silvestre (Pinus sylvestris) o pino albar, como se le conoce en esta zona.
El camino desciende una pequeña ladera por un tramo de escaleras de madera para continuar por una zona de prados bajo un bosque adulto de pino silvestre, dejando siempre a la izquierda el río Duero.
Más adelante, el itinerario cruza por encima de un rudimentario puente, para continuar por la margen derecha del río, dejando a mano izquierda el antiguo puente de Santo Domingo. El camino continúa por ésta misma orilla, por el paraje denominado Las Tozas, hasta llegar a un gran puente de mampostería: el puente de los Arrieros, por el que el sendero cambia nuevamente de margen.
Tras atravesar varias zonas recreativas, (el Pozo de San Millán, Los Apretaderos y la Arenilla) la senda conduce a un camino semiasfaltado, deja a la izquierda un puente medieval, conocido como Puente de Soria, y continúa de frente por una pista de tierra denominada Camino de la Morciguilla.
Pinzones (Fringilla coelebs), carboneros (Parus major) y herrerillos (Parus caeruleus) alegran la vista y el oído del senderista durante este tramo abierto del pinar. En un momento determinado el firme desaparece y a mano derecha aparece un desvío, el ranchal de la Machorra, desde el que se ve otro desvío más a la derecha. A los pocos metros el sendero parece desvanecerse, pero continúa por un arrastradero de madera que asciende de manera pronunciada. Una vez arriba, en el paraje del Salegar del Calvo, una pequeña vereda aparece a la izquierda, guiando el paso del caminante hasta una ancha pista forestal, donde el Camino Natural vuelve a compartir trazado con el Sendero Ibero-Soriano GR-86.
El itinerario continúa unos cientos de metros por los parajes de El Hornillo y Peñas Rubias, permitiendo disfrutar de unas magníficas vistas de la Sierra de Urbión. El pino desaparece y da paso a un agreste robledal de rebollos o melojos (Quercus pyrenaica), como lo llaman en la zona.
Aparece un cruce y el camino continúa por el ramal de la izquierda, que asciende suavemente hasta llegar al Pico del Águila, donde se encuentra un puesto de vigilancia de incendios forestales. El sendero sigue ladera abajo por una estrecha senda, entre un monte bajo de melojos y encinas (Quercus ilex), y enormes bloques de conglomerados. El zigzag continúa por esta vereda, pasando próximo a una pista forestal, que el sendero deja a un lado.
El descenso es vertiginoso y, en poco tiempo, el Camino Natural llega a la ermita del Santo Cristo, a pocos metros de la localidad de Molinos de Duero. El río hace acto de presencia jalonado por sauces (Salix sp.), chopos (Populus sp.) y majuelos (Crataegus monogyna).
Por una pista asfaltada, acompañado por un vía crucis, el recorrido se interna en las calles de la localidad de Molinos de Duero. La iglesia parroquial de San Martín de Tours, patrono del pueblo, recibe a los visitantes. El caserío contiene diversos edificios emblemáticos, como la Real Posada de la Mesta y las casonas de los carreteros, construidas en el siglo XVII.
El sendero abandona Molinos de Duero por el este, cruza bajo un enorme puente de piedra sobre el Duero y toma la calzada romana que se dirige a Vinuesa, dejando a mano izquierda un puente de hormigón. Durante este tramo el suelo tiene losas y piedras trabajadas, incluso pueden observarse surcos del paso de las carretas e inscripciones de quienes ordenaron su construcción. Este es un trecho algo complicado para los ciclistas.
En todo este tramo el Duero acompaña el recorrido. Poco a poco comienza a ensancharse y se aprecia cómo se transforma en la cola de un pantano, el embalse de la Cuerda del Pozo. Tras un par de kilómetros por la calzada romana entre pinos y sauces que se asientan junto al embalse, zona que puede verse anegada en época invernal, el sendero llega a la ermita de San Mateo y a un puente romano. Apenas 500 metros después, en la zona sur de Vinuesa, concluye la primera etapa del Camino Natural del Duero.
En el bosque de pinos el azor (Accipiter gentilis) captura mamíferos y pájaros durante el día, mientras que de noche, el cárabo (Strix aluco) atrapa roedores e insectos.
Los insectos son abundantes, se alimentan de los árboles muertos y de la hojarasca y, a su vez, son el alimento para pájaros, comadrejas (Mustela nivalis) y armiños (Mustela erminea), que se ocultan en la maleza. Muchas especies de pequeños pájaros se alimentan de frutos y semillas, y los carboneros, herrerillos y pinzones construyen sus nidos en pequeñas cuevas y oquedades de los árboles.
Los ciervos, corzos y jabalíes (Sus scrofa) son los habitantes de mayor tamaño del pinar y, aunque es difícil verlos, es fácil encontrar rastros y huellas que denotan su presencia.
Durante años el comercio de lana, sal, carbón, aceite, vino y metales, y el transporte de estas materias primas hacia las zonas portuarias estimuló la existencia de arrieros. Este ir y venir de productos llevó a los Reyes Católicos a fundar La Real Cabaña de Carreteros, concediendo a los arrieros privilegios y franquicias (pastos en las dehesas comunales, tala de troncos para reparaciones, etc.).
Muchos pueblos de comarca de Pinares se dedicaron a la construcción de carreteras y al cuidado de bueyes de tiro. Molinos de Duero era el centro provincial de este tráfico, llegando a tener una cabaña de 2.700 bueyes que tiraban de 872 carretas; el mayor número de cabezas de tiro de la carretería Española.
La riqueza que se produjo en la zona durante aquellos años se refleja hoy en día en la arquitectura pinariega en piedra: casas señoriales, palacios, caserones de entre los siglos XVI y XVIII con amplios zaguanes para carga y descarga. La mayoría de estas casas, muchas de ellas blasonadas, tienen una entrada con arco, balcones corridos de madera, ventanas con forja, amplios aleros y preciosos patios interiores.
Este privilegiado entorno de 4.617 hectáreas ha sido incorporado a la Red Natura 2000, formando parte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zona Especial de Conservación (ZEC) y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) “Sierra de Urbión y Cebollera ”. El Parque Natural se encuentra dentro de la comarca de pinares. La mayor parte de la superficie se sitúa por encima de los 1.700 metros.
El parque incluye ecosistemas acuáticos ligados al glaciarismo, de notable singularidad, entre los que destacan varias lagunas de origen glaciar incluidas en el catálogo Regional de Zonas Húmedas de Castilla y León: Laguna Larga, Laguna Helada, Laguna Mansegosa; Laguna del Hornillo y Laguna Negra, esta última de especial relevancia, siendo uno de los atractivos más visitados de la provincia de Soria.
La combinación de contrastes que generan los ecosistemas forestales, las lagunas, los arroyos y los pastizales de alta montaña dan lugar a exuberantes paisajes, característicos de la alta montaña mediterránea ibérica. Estos parajes constituyen la mayor extensión boscosa de la Península Ibérica, dando lugar a un paisaje que recuerda a los bosques boreales de Siberia.
La principal especie forestal que lo puebla es el pino silvestre o albar (Pinus sylvestris), acompañado en menor medida por otras especies forestales como el haya (Fagus sylvatica), y superficies ocupadas por matorral y pastizal con el biércol (Calluna vulgaris), el enebro rastrero (Juniperus alpina) y el arándano (Vaccinium myrtillus). Se trata de un espacio de gran riqueza faunística, siendo las rapaces, la pieza más valiosa: águila culebrera (Circaetus gallicus), halcón peregrino (Falco peregrinus) o águila real (Aquila chrysaetos).