Esta etapa discurre por la comarca Navarra Media Occidental. Bordea el flanco este de la meseta de Urbasa. Va atravesando importantes masas de hayedo y rasas de pastizal salpicadas de afloramientos rocosos y matorrales de enebro, que forman singulares corros tapizantes. La etapa finaliza en el puerto de Lizarraga, punto de paso entre el valle de Estella y el corredor del Araquil, donde la sierra de Urbasa deja paso a la sierra de Andía.
La totalidad de la etapa discurre por zonas declaradas Parque Natural, LIC y ZEC Urbasa y Andía, zonas de gran interés paisajístico y de importancia en cuanto a su biodiversidad.
Esta etapa comienza en Artaza por una pista que sale hacia el Norte. Tras cruzar la carretera NA-7186, se va adentrando en la masa arbolada que cubre la falda de la meseta de Urbasa. La ruta va progresando en una pronunciada ascensión de unos 450 m de desnivel, hasta alcanzar el altiplano de Urbasa, en el puerto de Urra, tras unos 3,5 km de recorrido. Dicho recorrido discurre por Isasi y Zizazkun, siguiendo una pista forestal que asciende al pie del pico Arripuia. Durante la ascensión la vegetación se va trasformando; en el pie de monte predominan especies de quercíneas esclerófilas, más resistentes a la sequía y a los cambios de temperatura, como el quejigo (Quercus faginea) y la encina (Quercus ilex), acompañadas de matorrales como boj (Buxus sempervirens), enebro (Juniperus sp.), etc.; en la zona alta de la ladera, próxima a la cumbre, predominan los bosques monoespecíficos de hayas (Fagus sylvatica), acompañados de especies de sotobosque como el cornejo (Cornus sanguinea), el arce (Acer sp.), o el majuelo (Crataegus monogyna).
En las inmediaciones del camino se pueden contemplar antiguos hornos de cal o “caleras”, donde los pobladores de estos territorios “cocían” piedras calizas, mediante la combustión de leña de bojes, aulagas y otros arbustos, obteniendo así la cal que empleaban para la construcción de sus casas. En algunos puntos del ascenso se obtienen buenas vistas hacia la Casa-Palacio de Urra, que queda a los pies de la ladera.
Al alcanzar el alto de la meseta de Urbasa, en el puerto de Urra, se llega a un pequeño claro del hayedo, donde se contacta con una pista de grava; inmediatamente se abandona ésta, tomando un desvío a la derecha, hacia el Este, que se adentra de nuevo en una extensa masa de hayas. Desde este punto se prosigue camino durante unos 4,5 km de falso llano, siguiendo el borde oriental del altiplano y atravesando un continuo forestal, hasta llegar a un pequeño alto desarbolado junto a un muro de piedra. Desde este punto, desviándose apenas cien metros de la ruta hacia el Este, se llega a un hito geodésico en el pico Dulantz (1.243 m), que ofrece magníficas vistas de los valles próximos.
La ruta continúa hacia el Norte, siguiendo el flanco este de la plataforma de Urbasa, por un camino paralelo a un muro de piedra que recorre una zona de sierra desarbolada. El paisaje lo conforman los pastos, lapiaces y matorrales espinosos; principalmente enebro rastrero (Juniperus communis) y acebo (Ilex aquifolium), con algún pie sufrido de haya. En este trayecto se deja a la derecha, al borde del altiplano, un pequeño pico, el “Alto de la Nevera”.
El muro junto al que discurre la Senda en este tramo constituye el límite de una “Facería”, en concreto la número 104. La Facería es una figura de propiedad característica de Navarra, similar a la Parzonería, que consiste en el disfrute compartido de dicho territorio por varios municipios, normalmente para aprovechamiento de pastos y madera. Su nombre procede de que eran “cartas de paz”, “pacerías” o “facerías”. Incluso existen facerías de aprovechamiento internacional, a las que podían traer a pastar sus reses los ganaderos franceses.
El Camino se adentra después hacia el interior del altiplano, atravesando una mancha de hayedo y llegando a un raso pedregoso y con abundantes dolinas. El raso deja paso a las majadas de Arroniz, ligera vaguada de suelos profundos y ricos pastos, rodeada de bosque, en la que suele concentrarse el ganado; en ella se puede observar un cerrado de piedra que delimita una sima, para evitar la caída del ganado en ella. Siguiendo la ruta a lo largo de la majada, hacia el Este, se llega nuevamente al borde del altiplano, habiendo recorrido hasta aquí 4 km desde el pico Dulantz. La ruta comienza a descender por la cuesta de la Fuente de la Cañada, a la vez que se adentra en el hayedo por un sendero irregular y de elevada pendiente, de tres kilómetros de longitud y 400 m de desnivel, que concluye en las llanas de Zabilde.
Prosiguiendo por las rasas hacia el Norte la Senda vuelve a ascender por las faldas de Urbasa, a lo largo de dos kilómetros y 250 m de desnivel, hasta llegar a una pista forestal en Arrangarte, cerca del alto, e inmediatamente después de pasar un cierre de piedra que esconde una sima y un pequeño tramo de calzada romana que aún se conserva. Siguiendo la pista a la derecha, se corta con otra, que recorre los cortados rocosos que delimitan por el Norte la sierra de Urbasa.
Dejando por un momento la ruta, se podrá seguir la pista hacia la izquierda para encontrar, a unos 500 m de distancia, la ermita de San Adrián, encaramada en lo alto de un cantil rocoso.
Retomando la ruta, se debe seguir la pista en sentido contrario a la ermita —hacia el Este—, siguiendo las alineaciones marcadas por los afloramientos de estratos calizos, entre los que se distribuyen bandas de pastizal y hayedo; unas bandas que parecen guiar la Senda a lo largo de estos últimos tres kilómetros de agradable caminar por Ollide, hasta el puerto de Lizarraga, destino final de etapa. Lizarraga está ubicado a unos 1.030 m de altitud. Es este lugar de paso por donde cruza la carretera NA-120, que conecta el valle de Estella con el corredor del Araquil (Vitoria-Pamplona) y separa la sierra de Urbasa de la sierra de Andía, entorno de la siguiente etapa. En el puerto de Lizarraga existen varias edificaciones, entre ellas un alojamiento de montaña.
Las zonas de elevada pendiente, particularmente la subida desde el inicio de la etapa hasta el puerto de Urra y la bajada desde la majada de Arroniz hacia Zabilde, así como su posterior ascenso de nuevo al altiplano y el firme de tierra o roca en algunas partes del camino, hacen esta etapa muy dura si se quiere realizar en bicicleta.
El corredor del Araquil, también conocido como Barranca-Burunda, alberga zonas donde la ganadería tuvo un papel primordial para la vida de sus habitantes. Históricamente, la ganadería ha sido extensiva y ha tenido su soporte en los montes concejiles privativos de los pueblos, las facerías (montes mancomunados entre distintas entidades administrativas) y Montes de Estado. La actividad ganadera se mantiene hoy en día, aunque transformada y con un peso menor. Aunque la cabaña se ha reducido en los últimos años, sigue fundamentalmente compuesta por la oveja autóctona, la lacha, de la que se obtiene el famoso queso Idiazabal.
En el pasado la cabaña ganadera era muy amplia y variada y dependía para su alimentación, casi exclusivamente, de los recursos pascícolas de los montes, por lo que la organización debía ser precisa y los rebaños se iban moviendo de unos pastos a otros según la estación del año y la especie de que se tratara —trashumancia y trastermitancia—.
Aún se mantienen en uso gran parte de los refugios de pastores y rebaños—chabolas y bordas respectivamente—.
Las sierras de Urbasa y Andía eran el centro de la vida pastoril ya que los rebaños pasaban la mayor parte del año en estas sierras. Los pastores llevaban sus rebaños hasta la sierra y allí constituían rebaños colectivos al cuidado de un solo pastor. Los ganaderos del corredor del Araquil solían compartir los pastos de Urbasa–Andía con los de las Parzonerías de Gipuzkoa y Araba, mientras que los de Las Améscoas alternaban con los de la sierra de Lóquiz.