El Camino Natural de L’Anell Verd es casi circular y recorre diversos ambientes, desde la ribera del río Llobregat a parajes de media montaña, pasando por la población y zonas periurbanas. La ruta pasa cerca de elementos arquitectónicos relevantes, como la Cripta Güell o la ermita de san Ramón, y cruza zonas bien conservadas de monte mediterráneo.
El Camino empieza a orillas del río Llobregat, junto la carretera C-245, al noreste del municipio de Sant Boi de Llobregat. El firme es de tierra, y está flanqueado por una valla que protege los cultivos, y por una barrera de cañas (Arundo donax) entre la que se puede ver el río. El camino es llano y discurre sin dificultad.
Tras pasar bajo la mencionada carretera, se circula por un tramo con poca vegetación, para más adelante alcanzar una zona con huertos y encañizadas a un costado de la ruta que protegen al cauce de la riera de Can Soler.
El Camino discurre junto a la carretera, protegido por una balaustrada de madera que acompañará la mayor parte del recorrido, y que será la mejor guía para no extraviarse. A mano izquierda, se puede observar la antigua fábrica textil del empresario Eusebio Güell, que fue mecenas de Gaudí.
El recorrido hace un quiebro, para subir a una rotonda junto a la estación de tren de la colonia Güell, cruzando la carretera BV-2002 por un paso de cebra. El Camino se adentra en la colonia donde vivían los trabajadores de la fábrica. Muchos de los edificios de la colonia son obra del genial arquitecto. De hecho, el Camino pasa cerca de la cripta Güell, así que vale la pena detenerse para admirar la obra antes de continuar el itinerario por las calles de la colonia.
Se abandona la zona poblada por el lateral del Camí de Can Ros, que está asfaltado. Enseguida el asfalto se torna cemento, y se agradece el frescor de las higueras (Ficus carica), mientras se pasa por las inmediaciones de las casas de la Masía de Llorc, desde donde hay una bonita vista de la colonia.
El Camino continúa ascendiendo hasta llegar a un cruce que está asfaltado, donde cambia de dirección torciendo bruscamente a la izquierda, para dejar a mano derecha la masía Mas Terra Alta, y comienza una pronunciada bajada. La bajada termina al alcanzar un riachuelo, a menudo seco, pero reconocible por el cambio de vegetación, mucho más frondosa. Ahí se retoma la subida, entre quejigos (Quercus faginea) y pinos (Pinus sp.), hasta alcanzar un camino, y la inseparable balaustrada.
Pasando por la cadena que limita el acceso a vehículos a motor, se alcanza el Camí vell de Torrellas. Al tomar este Camino se deja a mano derecha la finca de Santa Bárbara para continuar en descenso hasta encontrar una cadena que evita el paso de vehículos a motor. Tras pasarla, continúa el periplo entre las colinas de los alrededores de Sant Boi, cuajadas de pinos y masías tradicionales.
En un ensanchamiento del camino se ha habilitado una zona recreativa llamada zona didáctica de Can Palós, junto a la Casa de Colonia del mismo nombre, utilizada hoy como Aula de Naturaleza. Está dotada de una fuente, mesas y bancos, donde se puede descansar. Continuando la ruta en ascenso se llega a una zona con espléndidas vistas sobre el valle del Llobregat y los pueblos de alrededor.
Tras una nueva bajada, una pasarela de madera permite salvar el desnivel sobre la carretera que enlaza Sant Boi con Sant Climent. Justo al final de esta pasarela arranca la última y más empinada de las subidas, pero el esfuerzo merecerá la pena ya que en la cima esperan varias recompensas. Por un lado, unas magníficas vistas; por otro, la imponente ermita de san Ramón junto a la que existe un área recreativa. Dada la altura a la que se encuentra, desde la ermita se divisa el mar, el Delta del Llobregat, el aeropuerto de Barcelona y numerosas edificaciones del área metropolitana de Barcelona.
A partir de aquí, el Camino es todo bajada hasta Sant Boi. Nada más abandonar la ermita, y tras dejar a la derecha el aparcamiento de la misma el Camino desciende por una pista de tierra, que posteriormente está enlosado (Camí Vell a l’ermita) y por último asfaltado hasta llegar a la Carrer del Segre, a las afueras de Sant Boi. El Camino continúa por las calles de la localidad (Calle Segre, Avenida de Aragón y, finalmente cruzando la Ronda de Sant Ramon) hasta llegar al Parc de la Montanyeta, atravesándolo hasta llegar al punto final del Camino Natural, en la entrada noroeste del parque.
En lugar de emprender la bajada hacia Sant Boi, es posible tomar, a la altura del kilómetro 14, el ramal de la Font de Golbes, pasando junto a la fuente que le da nombre y a un área de descanso. El Camino discurre al lado de un establo acondicionado para ovejas, que es de propiedad municipal, y cuya función es la reducir el pasto, y minimizar el riesgo de incendio.
Hacia el final del ramal, el sendero discurre por un camino de tierra pasando al lado de un pabellón de caza, la torre de Benviure, poco antes de alcanzar un área de descanso junto a un aparcamiento, habilitados por el ayuntamiento de Sant Boi, y donde finaliza este ramal.
La Colonia Güell es una pequeña colonia obrera que se cruza a lo largo del camino. Está considerada uno de los referentes de la arquitectura de Antoni Gaudí y es, también, uno de los conjuntos modernistas y atractivos turísticos más importantes de Cataluña. El Camino Natural pasa por delante de la Cripta Güell, iglesia proyectada por Gaudí que quedó inacabada a la muerte de Eusebi Güell, su mecenas. Vale la pena hacer un alto en el camino para admirarla.
En los alrededores se encuentra el eremitorio rupestre de santa Bárbara de Llorc un original conjunto de capillas excavadas en la tierra por ermitaños durante la Alta Edad Media.