La sierra de San Pedro es una de las grandes desconocidas de Extremadura que, con más de 80.000 ha se trata, probablemente, de uno de los parajes más representativos del bosque mediterráneo. Con altitudes que varían entre los 300 y los 700 m, está considerada como una de las zonas con mejor representación de flora y fauna asociada al bosque y matorral mediterráneo, albergando el 15% de la población mundial de Águila Imperial.
A la salida de Membrío, el camino cruza un puente de hierro y hormigón y se introduce en una pista amplia y de cómodo trazado. Atraviesa el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Conservación (ZEC) “Rivera de Membrío”, nada más salir del pueblo, que sirve de conexión entre dos de los espacios pertenecientes a la Red Natura 2000: la Sierra de San Pedro y los Llanos de Brozas. La vegetación predominante en sus orillas son las quercíneas y destaca la comunidad de galápagos leprosos (Mauremys leprosa), su reptil más representativo.
El camino discurre a través de encinares, acompañado muchas veces de jaras (Cistus ssp.), que en ocasiones ocupan grandes superficies. Las encinas (Quercus ilex) van dejando paso a los alcornoques (Quercus suber) mientras el sendero se dirige a través de un coto privado de caza y sigue pistas anchas; en este momento hay que estar atento a las señales para no perder el camino.
Durante toda esta etapa el trayecto es muy cómodo, discurriendo en su totalidad por pistas con un firme bastante bueno. Según se avanza, se divisa en el horizonte la sierra de San Pedro, mientras discurre el camino en paralelo a las estribaciones más septentrionales de esta sierra. Fácilmente identificable en el horizonte por los cambios en la orografía y la vegetación; se distinguen desde lejos las suaves lomas y la densa cubierta arbórea de este paisaje protegido.
Aunque la encina es la especie arbórea dominante, la climatología y el tipo de suelo han favorecido el desarrollo y distribución del alcornoque, constituyendo el corcho uno de los principales motores económicos de la comarca. En algunos tramos se puede contemplar la bonita estampa que ofrecen los alcornoques recientemente descorchados.
Tras enlazar con la llamada “carretera de Membrío” que conduce a Carbajo, y tras andar algo más de un kilómetro en sus márgenes, se llega a esta pequeña población, situada a los pies de la sierra de Santiago y dominada por los cultivos de olivos y otros frutales.
La salida del pueblo se hace siguiendo la carretera que conduce hacia Santiago de Alcántara, desde la que parte una pista de tierra a la izquierda que se adentra de lleno en la sierra de San Pedro. La vegetación cambia de forma notable; sigue dominando la encina, acompañada de varias especies como el madroño (Arbutus unedo), la cornicabra (Pistacia terebinthus), el durillo (Viburnum tinus), el brezo arbóreo (Erica arborea), el espino (Crataegus monogyna) y el piruétano (Pyrus bourgaeana) que llegan a formar densos bosquetes.
Este último tramo de la etapa discurre a media ladera, pudiéndose observar a la derecha la panorámica de las tierras más bajas que se han ido atravesando. Tras recorrer unos cuatro kilómetros se alcanza Santiago de Alcántara, el destino final de esta etapa, que recibe al visitante con sus pequeñas casas encaladas y sus estrechas callejuelas.
En la cueva denominada El Buraco, situada en las inmediaciones de Santiago de Alcántara, se encuentra un interesante yacimiento de pinturas rupestres esquemáticas. Además, en los alrededores de la vecindad se encuentran numerosas cuevas con pinturas rupestres que dan fe de la antigüedad del asentamiento de Santiago de Alcántara, como las cuevas de El Borrico y de El Agujero.
Existen también dólmenes de pequeño tamaño, fechados en torno al tercer y cuarto milenio antes de Cristo.
Se trata del mayor reducto de bosque y matorral mediterráneo declarado Zona Especial de Conservación, que, con sus más de 115.000 ha, ostenta la distinción de ser el mayor de los espacios protegidos de Extremadura.
Está conformada por una alineación de pequeñas sierras pobladas de un denso matorral y bosque mediterráneo que albergan una relevante y variada fauna y vegetación. Dentro de la fauna que habita el lugar se pueden encontrar lobos (Canis lupus), buitres leonados (Gyps fulvus), buitres negros (Aegypius monachus), alimoches (Neophron percnopterus), águilas perdiceras (Hieraaetus fasciatus), etc. La vegetación, constituida por bosque y matorral mediterráneo, presenta una cobertura casi completa de toda la sierra. Pero la gran estrella de esta zona es sin duda el Águila Imperial ibérica (Aquila adalberti). Es este el principal punto de desarrollo en todo el mundo para una especie como esta, declarada en peligro de extinción (aquí vive más del 15% de la población mundial).
A nivel autonómico la sierra de San Pedro tiene categoría de protección medioambiental al ser Zona de Interés Regional; además, debido a las numerosas especies de fauna y flora incluidas en los catálogos de las respectivas Directivas de Aves y Hábitats, se ha incluido el lugar dentro de la Red Natura 2000, constituyendo el LIC, ZEC y la Zona de Especial Protección para las aves (ZEPA) “Sierra de San Pedro”.