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La enfermedad vesicular porcina (EVP) es una enfermedad contagiosa de los cerdos causada por un enterovirus que se caracteriza por la aparición de vesículas en las bandas coronarias, en las pezuñas y, ocasionalmente, en los labios, la lengua, el hocico y pezones. La importancia crucial de la EVP es la imposibilidad de distinguirla clínicamente de la fiebre aftosa (FA).
Virus de la familia Picornaviridae, género Enterovirus.
Hospedadores: Suidos
Periodo de incubación: 2-7 días.
LNR: Laboratorio Central de Veterinaria de Algete
A nivel nacional destacamos:
Ley 8/2003 de sanidad animal.
Este manual práctico de operaciones contra la Enfermedad Vesicular Porcina, sirve como guía de trabajo a los Servicios Veterinarios Oficiales para poder ofrecer una respuesta rápida y eficaz en caso de sospecha y de confirmación de un foco de EVP, así como para luchar contra los vectores de enfermedad, y debe utilizarse junto con el Plan Coordinado Estatal de Alerta Sanitaria Veterinaria, así como con la normativa vigente en materia de Sanidad y Bienestar Animal en nuestro país.
La enfermedad se identificó por primera vez en 1966 en Italia, siendo en un principio considerada como Fiebre Aftosa por las lesiones que presentaban los animales. Entre 1972 y 1993 se detectaron brotes de EVP en varios países europeos, entre ellos Italia, España, Francia, Alemania, Holanda o Bélgica, entre otros, así como algunos asiáticos como Hong-Kong y Japón.
Durante varios años la enfermedad permaneció de forma endémica en Italia, cursando en su mayor parte sin síntomas clínicos aparentes, demostrándose la circulación del virus en las explotaciones del país exclusivamente mediante las técnicas serológicas y virológicas de diagnóstico de laboratorio. Sin embargo, en la última década se ha conseguido la erradicación de la enfermedad, siendo todo el territorio de Italia declarado como libre de EVP en febrero de 2019.
En España, la EVP se detectó por primera y única vez en 1993, afectando a tres explotaciones porcinas de las provincias de Lérida y Huesca, con relación epidemiológica demostrada con movimientos previos de lechones procedentes de Holanda, país en el que la enfermedad se había notificado previamente. Desde la erradicación de estos tres focos en 1993, España está considerada internacionalmente como libre de la enfermedad.
Actualmente la EVP no forma parte de la lista de enfermedades de declaración obligatoria de la OMSA, ni tampoco del listado de enfermedades del Reglamento (UE) 2016/429 ni del RD 779/2023.
Inicialmente, el Programa Nacional de Vigilancia Sanitaria Porcina (PNVSP) contemplaba una vigilancia frente a la EVP basada en la comunicación de casos compatibles detectados por vigilancia pasiva, así como muestreos dirigidos en el marco de vigilancia activa para asegurar su ausencia en el territorio nacional.
De acuerdo con la favorable situación epidemiológica de la enfermedad, con ausencia en todos los países de la UE y del entorno de España, en 2018 se flexibilizó esta vigilancia, eliminándose la EVP del programa de vigilancia activa dentro del PNVSP, quedando actualmente de forma exclusiva en una vigilancia pasiva a través de la declaración obligatoria inmediata de cualquier sospecha de síntomas compatibles con la enfermedad tanto en cerdos como en jabalíes.