Resumen: Contiene el trabajo una crítica a la orientación de la Ley 49/1981 de 24 de diciembre, la cual, excesivamente preocupada por los elementos objetivos de la empresa agraria, deja casi totalmente en el aire la regulación de los elementos personales de la explotación. Se desarrolla un estudio crítico del concepto legal, destacando, su falta de precisión a la hora de determinar los límites máximo y mínimo de la Explotación Familiar Agraria. Se hace notar también la escasa regulación en la Ley de los elementos personales, especialmente a la hora de regular las relaciones entre el titular, su cónyuge y el colaborador, sosteniendo la necesidad de un pacto familiar que, preferiblemente en documento público, determine con exactitud la posición de personas y bienes en el mercado familiar agrario. Al estudiar los elementos reales de la Explotación, se resalta el abandono injustificable por la Ley del concepto de finca discontinua. Asimismo, se defiende la idea de que la explotación no es un patrimonio separado. Por último, se estudia el aspecto formal y registral en la Ley, exponiendo la débil regulación de ambos aspectos.