Resumen: Se intenta una nueva teoría del consumo, abandonando los supuestos de la teoría utilitarista, cuyo realismo ha sido puesto a menudo en tela de juicio. La teoría aquí propuesta supone que el individuo se deje conducir, en parte, por unos modelos sociales de consumo (MSC), no rígidos, sino flexibles, cuyos elementos básicos son un punto de referencia (punto imitativo) y un campo de elección. Geométricamente se determinan las posiciones de equilibrio y las curvas de demanda. Se estudian también los planes de ahorro en un MSC y su influencia sobre el equilibrio. Como conclusión de esta teoría, el autor cree que las actuales investigaciones sobre la demanda de alimentos deberían reformarse, adaptándolas al cuadro teórico de los MSC en un contexto de interrelaciones entre bienes alimentarios y no alimentarios.