Resumen: Este trabajo aborda el estudio de la viticultura gallega desde la primera mitad del siglo XVII hasta la década de 1830. y se centra en cuatro problemas fundamentales: el primero es la medición de la superficie vitícola a mediados del XVIII, momento en que superaba, según fuentes fiscales, las 31.000 ha. (extensión comparable a la del viñedo de la región parisiense), muy desigualmente repartidas entre las siete provincias del Reino. La segunda cuestión tratada es la evolución de la producción vitícola que, a diferencia de lo que ocurre con la producción cerealera, tiende, en la mayoría de las parroquias, a declinar desde comienzos del XVIII. El estudio comparado de los precios del vino y de los cereales -tercer problema- revela que los «términos de intercambio» se tornaron adversos al viticultor desde mediados del XVIII. Por fin, los registros parroquiales permiten concluir que la demografía de las comarcas vitícolas se caracterizaba por una elevada mortalidad de menores de 7 años -párvulos»`, y por una evolución diferenciada, que va desde el estancamiento en las zonas de monocultivo a un cierto dinamismo allí en donde los recursos agrarios se diversificaron.