Resumen: Uno de los fines del proceso colonizador de la segunda mitad del siglo XIX es la mejora de la producción y el uso del suelo agrícola. Finalidad que enlaza con las transformaciones que ocurren en la agricultura española en la misma época, traducidas en la integración del mercado, la especialización regional y el incremento de los nuevos cultivos. La colonización de 1868 actuó de forma muy puntual sobre la estructura del uso del sudo, por su escasa amplitud a nivel global, sin embargo apunta de manera muy intensa, los procesos de innovación de la agricultura y su distribución regional.