Resumen: El cambio técnico ha sido considerado hasta épocas recientes como un fenómeno esencialmente autónomo respecto a las fuerzas sociales y económicas. La visión predominante ha estado dominada por las aportaciones de Ardo y Domar en los años cincuenta. La hipótesis de la innovación inducida fue una idea original de Hicks que ya en 1937 supuso un importante avance en relación a los intentos de explicación del cambio tecnológico como endógeno al sistema económico. En la hipótesis de la innovación inducida, la orientación óptima del cambio técnico en la agricultura es aquella que supone una respuesta dinámica a los cambios en las dotaciones relativas de recursos y a las variaciones en la composición de la demanda final. Concluyen Ruttan y Hayami que la consecución de rápidos avances en la productividad agraria depende de la capacidad de cada país para generar tecnologías agrarias ecológicamente adaptadas y económicamente viables.