Resumen: La mitad de la humanidad está hambrienta, o deficientemente alimentada. Es preciso atajar este grave problema a un ritmo superior al del crecimiento demográfico. Entre las adecuadas medidas para conseguirlo destacan: la elevación de los bajos niveles de cultura, la formación de adecuados cuadros dirigentes y el incremento de la producción agraria, así como una necesaria mejora de su comercialización. El desarrollo de los propios recursos humanos, mediante la renovación de ideas y hábitos, a través de la capacitación, es el sugestivo tema que se aborda en este trabajo. El mundo, en general, paga actualmente un alto precio por la existencia de grandes masas, principalmente campesinas, analfabetas. La difícil comprensión y expresión, el aislamiento social, la falta de iniciativas y de adaptación al progreso, con la lógica consecuencia de los bajos rendimientos, constituyen parte de ese alto precio. La enseñanza de la juventud campesina, para que sea eficaz, requiere unos especiales métodos pedagógicos, complementados con unas determinadas tareas educativas, a base de grupos, en las que se fomenten determinadas actividades rurales: avicultura, cunicultura, etc.