Resumen: La Ley de Explotaciones Agrarias Ejemplares, promulgada el 15 de julio de 1952, constituye el punto de partida de una nueva modalidad de la política económica y social del Estado español. La legislación sobre EAE señala las condiciones que se requieren para la calificación de explotaciones ejemplares; tales condiciones afectan: al titular o empresario; a la magnitud de las explotaciones; a la base jurídica o régimen que las regula; a los elementos objetivos, y a los resultados. Se otorgará, en su caso, el título acreditativo de la condición de EAE, cuya posesión da derecho a una serie de beneficios de índole fiscal, económica y asistencial durante un plazo de diez años, prorrogables por igual período de tiempo. Los fines perseguidos por la Ley pueden clasificarse en inmediatos: premiar la labor de los titulares de explotaciones destacadas por su organización y rendimientos; y mediatos: fomentar la economía y el progreso social. La Ley se apoya en tres puntos fundamentales: a) el concepto social de la economía como un todo al servicio del bien común; b) la afirmación de la preeminencia de la iniciativa y de la propiedad privada; c) el reconocimiento del derecho y del deber del Estado a intervenir en la vida económica.