Resumen: De acuerdo con Roma Perpinyâ Grau, la agricultura valenciana para la exportación se ha convertido, desde finales del siglo XIX, en el pulmón financiero de la economía española por lo que respecta a la deuda exterior. Vino, pasas y, últimamente, naranjas conforman el trío de productos que generaron la mayor parte de las divisas para la cada vez más autárquica economía española. La guerra de 1914 rompe este esquema, ya que los tradicionales productos para exportación encuentran dificultades para su comercialización a causa del problemático transporte marítimo y de las restricciones que aplican los países europeos en guerra, los cuales constituían su mercado natural. Por el contrario, el decadente sector del arroz disfruta de una situación privilegiada desde que sus competidores asiáticos y rusos no llegan a Europa debido al cierre de sus canales y estrechos y, de ese modo, superando las extremadamente duras disposiciones de supervivencia, logra un volumen de negocios muy elevado. Cuando se firma el armisticio, a finales de 1918, las cosas vuelven a la situación anterior, con problemas de adaptación similares a los de 1914, aunque ahora de signo opuesto.