Resumen: Se analizan las tendencias de la distribución alimentaria española, que durante los últimos años se ha visto sometida a la penetración de importantes flujos de capital extranjero, principalmente francés. Esta situación es la consecuencia de un intenso proceso de reestructuración de todo el sector agroalimentario de la CEE, donde los agentes económicos más importantes orientan sus estrategias para su mejor posicionamiento ante el Mercado Unico de 1993. La internacionalización de la Gran Distribución Europea puede afectar a la remodelación del mapa productivo agrario. En este sentido se analizan las producciones hortícolas españolas que se ven amenazadas por las de otros países del Norte. Como conclusión se establece que el control de la tecnología, de la organización y de la logística, son variables de competitividad que podrían contrarrestar la inicial ventaja comparativa del clima que poseen los países Mediterráneos.