Resumen: El problema de las corrientes migratorias de los trabajadores agrícolas es manifestación visible de una anomalía constitutiva de la estructura económico-laboral del agro, unas veces, como ocurre en las unidades económico-laborales desequilibradas a causa del monocultivo, y otras efecto de la reducción de empleos a cargo de la mecanización y tecnificación de las labores campesinas. Dado que los movimientos migratorios campesinos se producen entre un foco de repulsión y un centro de atracción, cualquier método técnico que se pretenda encaminado a anularlas, reducirlas o controlarlas ha de procurar que tanto los focos de regulación como los centros de atracción sean reales y no ficticios, pues, de lo contrario, las corrientes no encuentran la desembocadura que las retenga y la integración de los trabajadores a la estructura económico-laboral del país es de imposible realización. Por todas estas razones, se hace imprescindible la confección de estadísticas completas y exactas que nos den los datos materiales -económicos y demográficos- de las estructuras económicos-laborales del campo por unidades naturales, las posibilidades de absorción de los centros industriales y las de creación artificial, sobre bases naturales, de otros centros de atracción, labor ésta última que corresponde a la colonización interior y al fomento de las industrias derivadas de la agricultura.