Resumen: Para que los agricultores españoles puedan extraer los máximos beneficios de la integración de España en la CEE, se impone un avance inteligente del asociacionismo agrario. De ahí que las cooperativas deben funcionar como auténticas empresas con objetivos y métodos de unidades protagonistas en una economía de mercado. Esta dinámica exige una profesionalizada gestión, cuyas virtualidades analiza el autor en todos sus extremos: método, racionalidad, sentido práctico y cierto espíritu de innovación. A lo largo del trabajo, se estudia el papel de la información en los momentos iniciales de la entidad y en la educación permanente de los socios, así como los instrumentos disponibles y necesarios, tanto personales como financieros, para atender este primordial cometido.