Resumen: La organización común del mercado del trigo, constituye el resultado final del desarrollo de un objetivo prioritario del Tratado de Roma como es el establecimiento de una Política Común en el área agrícola. Los principios fundamentales que inspiran esta Política Común están presentes en la regulación común del mercado del trigo. Dicha regulación, se basa fundamentalmente en una política de precios e intercambios, para que el trigo pueda comercializarse libremente por toda la Comunidad permitiendo su traslado desde las zonas productoras a las consumidoras. Este sistema altamente proteccionista, ha sufrido grandes reveses en los últimos años. Entre los cuales no es el de menor importancia, el resquebrajamiento sufrido en el principio de solidaridad financiera, de los países miembros, para hacer frente a los gastos que esta regulación comporta. La situación, pues, con la que va a enfrentarse nuestro trigo desde el momento de la adhesión, nos mueve a instar al sector productor para mejorar sustancialmente su estructura productiva y comercial a fin de lograr una mejor y más productiva comercialización de su cosecha.