Resumen: La conservación de la naturaleza ha quedado inserta entre las preocupaciones de carácter social, si bien, en general, no se ha llegado a planteamientos concretos de actuación, limitándose los movimientos «conservacionistas». En algunos países preocupados por el problema, se han constituido organismos inter-ministeriales para coordinar las actividades encomendadas a diversas instituciones. En España, la CIMA es más un foro para arbitrar áreas de competencia que un elemento de coordinación de esfuerzos. En cuanto a los montes, la ordenación, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVIII, trata de proporcionar una base científica a las normas sobre el uso de la riqueza forestal. La creación de ICONA, ha dado lugar a polémicas especialmente sobre distribución de responsabilidades con la Dirección General de Producción Agraria. Las nuevas normas de montes dan mayor flexibilidad al período de transformación, pero son insuficientes por carecer de mecanismos que permitan orientarla hacia objetivos concretos. El recurso forestal es enormemente complejo; sus condicionamientos sociales muy significativos; por ello, hay que tener en cuenta estos factores si se quiere un planteamiento integral de la política forestal. Otro aspecto que va adquiriendo notable importancia es el uso recreativo del bosque. Ha de planificarse y regularse cuidadosamente en evitación del deterioro del recurso. Los Parques Nacionales representan una reserva de la diversidad biológica y tienen, además, un inapreciable valor estético.