Resumen: En el período comprendido entre el último tercio del siglo XIX y el primero del XX la agricultura murciana experimentó importantes transformaciones en sus estructuras productivas con una fuerte especialización de las zonas de regadío. La participación activa del pequeño campesinado en este proceso fue un fenómeno relevante, cuya explicación se encuentra relacionada con el desarrollo de vías de financiación específicas que permitieron la introducción de las in-novaciones en las pequeñas explotaciones familiares. La creación de estructuras financieras especializadas estuvo ligada al desarrollo del asociacionismo entre los pequeños explotadores y más concretamente al cooperativismo agrario en todas sus modalidades, hecho que permitió desterrar, en buena parte, los mercados informales de crédito basados en la extracción usuraria y sustituirlos por vías de acceso a los mercados formales e institucionalizados, con el consiguiente aumento de la oferta de dinero a intereses razonables. La creación de cajas de ahorros y cajas rurales en todas las comarcas permitió el acceso del campesinado a pequeños créditos que les facilitaron el acceso a los insumos básicos y a las innovaciones que hasta ese momento sólo había estado al alcance de los grandes propietarios.