Resumen: Este artículo analiza el largo proceso de privatización de amplias superficies de pastos existentes en el municipio de Zaragoza, uno de los más extensos del país. Desde la concesión de los pastos a los vecinos de la Ciudad hecha por Alfonso I (1129) mediante el «Privilegio de los Veinte», hasta su apropiación final por algo más de una treintena de propietarios (1900), la lucha por las dehesas o acampos estuvo protagonizada por la poderosa Casa de Ganaderos de Zaragoza -importante institución que asociaba a los ganaderos locales propietarios de una notable y concentrada cabaña- y el Concejo municipal. Este conflicto se complejizó a partir de fines del siglo XVII con la concesión estable por el municipio de diversos acampos a ganaderos de la Casa con el permiso de construir a su cargo sendas parideras, reconociéndoseles el derecho de cesión y arriendo. Ello supuso, asimismo, frecuentes litigios entre ganaderos dotados de acampos y parideras y los no dotados. Este proceso de privatización se consolidó especialmente a finales del siglo XVIII (Real Acuerdo de 1775, Ordenanzas de 1805), al reconocerse a los usufructuarios de los acampos el carácter perpetuo de su posesión. Las reformas liberales apenas introdujeron modificaciones en las tendencias conformadas en el siglo anterior. A los sucesivos conflictos entre el municipio y la Casa le sucedió durante la última década el litigio entre los ganaderos dotados y los indotados, resuelto éste mediante acuerdo en 1901. En ese año, algo más de una treintena de propietarias concentraban alrededor de 60.000 Has. de un municipio de algo más de cien mil.