Resumen: Se comentan los efectos de una utilización intensiva de los ríos por parte del hombre y los motivos para su restauración, atendiendo a los recursos y valores que ofrecen. La agricultura supone una actividad de gran repercusión económica, a escala mundial, y requiere grandes inversiones para el aprovechamiento de los recursos hídricos, teniendo un gran impacto tanto en la gestión de cuencas vertientes, como en la de los sistemas fluviales propiamente dichos. Las técnicas de restauración de los ríos afectados por la agricultura deben estar basadas en estrategias de "bio-asimilación", donde se plantea el establecimiento de bandas protectoras de vegetación riparia (buffer strips») a lo largo de su trazado. Dichas bandas protectoras deben tener una dimensión adecuada, y mantener una vegetación riparia capaz de controlar la llegada de sedimentos y nutrientes a los cauces, ofreciendo, al mismo tiempo, hábitat y refugio para la fauna acuática y silvestre asociada a la presencia del río, y belleza al paisaje fluvial. El impacto de la agricultura, determinando el dragado y la canalización de muchos cursos fluviales, debe ser corregido restaurando la morfología fluvial, mediante el diseño de secciones transversales estables, la recuperación del trazado del río y la reintroducción de la secuencia de rápidos y remansos. Finalmente, como estrategia de restauración más general se plantea la de prevenir los efectos desfavorables, mediante una agricultura biológica, fomentada hoy día por la Política Agraria de la Europa Comunitaria.