Resumen: La estructura de la propiedad agraria es Asturias no permite la presencia de más de un fosen «continuador» como sucesor de la explotación familiar. Las madres, como responsables directas de la educación de las hijas, orientarán a éstas a los estudios movilizando a todos los miembros de la familia y todos sus recursos económicos para garantizar el éxito de las jóvenes fuera de un medio "tan poco adecuado para la mujer». Las jóvenes viven este proceso sin grandes conflictos, orientadas a estudiar desde los primeros años de su infancia. Esta trayectoria de lo doméstico y rural a lo urbano es el resultado del rechazo explícito de sus madres hacia unos roles femeninos asociados a la vida en las pequeñas aldeas y al trabajo agrario y ganadero. Las madres no ven su rol de «mujer de ganadero» como deseable, enfocando por ello a sus hijas a la búsqueda de alternativas que les aseguren un futuro mejor. Conocedoras de sus limitaciones como transmisoras de un modelo de mujer que no es el que ellas representan, optan por "empujan» a sus hijas hacia otras agencias socializadoras que garanticen el aprendizaje de modelos femeninos alternativos.