Resumen: El acceso a los aprovechamientos comunales no es, a juicio del autor, una variable fija, sino históricamente determinada. Centra su atención en el avance del cultivo experimentado durante el siglo XIX y primer tercio del XX en terrenos del común, y ello en un área concreta: el sur de Navarra. La erosión del patrimonio público se aceleró a partir de 1808 a través de varios canales: enajenaciones, desamortización, usurpaciones, intrusismo, amillaramiento, registro, etc. Quienes protagonizaron este proceso de privatización y acumulación hubieron de enfrentarse, a fines de la centuria, a un nuevo paradigma de uso del comunal. El que, forzado por una creciente conflictividad social, propugnaba la reversión de estos terrenos al común, su parcelación y reparto, excluyendo del goce a los más afincados, y el establecimiento de cánones, inferiores a las rentas usuales, que salvaguardaran el derecho de propiedad comunal.