Resumen: El éxodo rural ha constituido en los últimos años un choque y un revulsivo para la inercia mental del campo. Los efectos sobre el gran empresario posiblemente hayan sido el paso desde una mentalidad del siglo XVIII, todavía con residuos de feudalismo, hasta un criterio empresarial más centrado en el siglo XIX. Pero, desde luego, la vida en las comunidades rurales no ha sido afectada por ese cambio. Lo que en el caso del gran empresario ha sido un cambio de mentalidad que no ha tocado en absoluto a lo que él considera su prestigio social, en el del empresario medio la reforma de su situación, originada por la emigración, significa nada menos que pasar a ser cultivador personal, con lo que el cambio se hace más doloroso. Los efectos de la emigración en el pequeño propietario y en el obrero son bastante claros; se trata de un paso de proletariado rural a un proletario urbano o, mejor dicho, suburbano. Por último, los efectos sobre la comunidad rural pueden ser muy diversos: desde una toma de conciencia respecto al movimiento asociativo, hasta una posibilidad de concentración de municipios.