Resumen: A continuación de analizar los aspectos políticos de la Reforma Agraria, se expone su finalidad en Iberoamérica, que no es solamente la mejor distribución de las tierras entre los campesinos, sino también la integración de las masas de población en la comunidad total y política y la corrección de situaciones de injusticia social. Se refiere el autor a otros aspectos de la Reforma Agraria derivados de condicionamientos económicos, pasándose a continuación a exponer los principales tipos de sistemas agrarios existentes en Iberoamérica. Como formas más representativas, se analizan los latifundios o haciendas, las fórmulas «feudatarias»de los contratos agrarios, las economías de plantación y las comunidades indígenas. Se considera que la mayor parte de los tipos descritos pueden considerarse como formas patológicas o anómalas del régimen de propiedad y tenencia de la tierra. La Reforma Agraria se justifica por la necesidad de salvar estos obstáculos y llegar a estructuras agrarias socialmente más justas y económicamente más productivas. Se refiere, por último, a la constitución de las unidades de explotación propugnadas en los procesos reformistas. Dentro de este aspecto cabe distinguir tres grandes tendencias: la unidad familiar de explotación; las variadas formas de cooperativas o sistemas comunales, y las fincas estatales, es decir, las empresas con planificación y administración central.