Resumen: El tipo de cálculo económico que se aplica en las explotaciones agrícolas constituye una ordenación de códigos intelectuales y sociales, de esquemas de pensamiento y de acción vinculados a la formación, a la concepción del trabajo, a la relación establecida con el mercado y al papel conferido a las organizaciones. Estos códigos orientan las estrategias profesionales y contribuyen a definir las identidades sociales, ya que medir es utilizar signos sociales y, por tanto, formar parte de una sociedad Desde 1967, la Comunidad Europea ha venido armonizando definiciones transnacionales, en las que distingue entre los agricultores que llevan una contabilidad de gestión, los que registran metódicamente sus ingresos y gastos, y los que miden su trabajo y su renta de otra forma. A partir de esta hipótesis, pueden observarse cuatro tipos de agricultores. El primero está constituido por los empresarios, para los que el mercado constituye el principal elemento de su estructura de trabajo. Su práctica económica se resume en la contabilidad de gestión y su identidad colectiva es propiamente europea. Los productores centran su atención en la producción y delegan la venta en organizaciones especializadas. Los resultados del trabajo se miden simplemente por el saldo entre ingresos y gastos Los trabajadores tienen como centro de atención el trabajo, que debe ser remunerado en su justo valor, como en cualquier otra profesión Consideran que la contabilidad de gestión no permite aislar el salario procedente del trabajo. Para los «familiaristas», el patrón con el que miden toda actividad es la familia. Cada explotación es una singularidad heredada que rechaza las normas exteriores que la ponen en duda.