Resumen: España es un país tradicionalmente importador de maderas, principalmente aserradas. También es importadora tradicional de pastas celulósicas, con aranceles superiores en un 9, 11 y 14 por 100 a los establecidos por la CEE. Diferencia tan notable presupone el que tenga que ser necesario, en caso de entrar España en la CEE, un período de transición y un reajuste y estructuración de la industria. En cuanto a la resina y al corcho, la circunstancia de la gran producción portuguesa de ambos productos plantea la cuestión de que la decisión de Portugal respecto de la CEE ha de influir acusadamente en el futuro de la economía de dichos productos. La gran cantidad de superficie arbolada que tiene España susceptible de mejorar y de terrenos desnudos posibles de repoblar brinda una oportunidad a las inversiones para mejorar la producción de los bosques existentes y para nuevas repoblaciones, tanto más cuanto que los países miembros del Mercado Común, además de ser deficitarios de madera, disponen en conjunto de una superficie para mejorar y repoblar igual al 20 por 100 de la que dispone España; por otra parte, la madera es un producto cuyo aumento de consumo se prevé que sea extraordinario en los próximos treinta anos.