Resumen: Para analizar cómo un precio fijado a los agricultores contribuye a incentivar la producción o al objetivo de lograr la equidad, es importante comprender la estructura de los costes dentro de los diferentes grupos de productores, en función de los tamaños de las explotaciones. Los pequeños agricultores suelen tener un menor porcentaje de insumos comprados (gastos en efectivo) que los de las grandes explotaciones, y, consecuentemente, mayores porcentajes de insumos aportados por ellos mismos. Las diferencias fundamentales están en los costes de sustitución de bienes de capital efectuados por ambos grupos. Por tanto, los precios fijados a los agricultores que cubren todos los costes en efectivo proporcionan a los agricultores incentivos a corto plazo. Para aquellos agricultores con menores costes en efectivo, la diferencia entre el precio establecido y sus costes unitarios en efectivo representa el producto de los insumos por ellos aportados. Se hacen evidentes los incentivos a la producción y la protección de los ingresos de estos agricultores. Un precio fijado a los agricultores que cubra todos los costes en efectivo permitirá al gran agricultor que utiliza más factores de producción comprados, atender los gastos en efectivo anuales y sustituir los bienes de capital consumidos en el proceso de producción.