Palabras clave: agua, desarrollo económico, mujer, alimentación
Resumen: Agua y producción agraria van indisolublemente unidas. El regadío permite aumentar y estabilizar las cosechas, mejorando las rentas de los hogares rurales. En las zonas más pobres del mundo el regadío no se ha explotado de acuerdo al potencial productivo y los recursos existentes. El mundo tiene recursos suficientes para alimentarse, pero muchos países verán aumentada su dependencia alimentaria del exterior debido a la escasez de recursos por habitante. La expansión del regadío en el mundo se ha ralentizado en los últimos 20 años. El regadío, como motor de desarrollo rural y vehículo de reducción de la pobreza, ha cobrado importancia tras la crisis alimentaria de 2007-2008, y el posterior encarecimiento de las materias primas agrarias. La gestión del agua y de la tierra en las regiones más pobres precisa tanto inversiones productivas como mejoras en la gobernanza y la participación de la mujer. Este artículo analiza estas cuestiones y trata de identificar los retos más acuciantes para 2011-2020.