Resumen: La política agrícola debe ser considerada como el resultado del proceso político de toma de decisiones. Las decisiones políticas están enmarcadas por el escenario institucional existente que transforma, guía y conforma las preferencias políticas de las poblaciones, por lo menos en las democracias parlamentarias. Dentro de una consideración puramente de bienestar social, sería de esperar que en los países desarrollados las preferencias económicas de la mayoría de los votantes condujeran a decisiones desfavorables a la agricultura. Lo que es cierto es exactamente lo contrario. Las razones de esto se basan principalmente en el compromiso ideológico de la sociedad con la agricultura, reforzado y acelerado por grupos de intereses y burocracias favorables a la agricultura. Se analizan las repercusiones económicas de estas tomas de decisiones en las que intervienen consideraciones ideológicas. Y, como final, se exponen las repercusiones de los determinantes institucionales de la política agrícola sobre la agricultura en un mundo en crisis.