Resumen: El problema energético no puede abordarse bajo la misma perspectiva en el estudio de las economías desarrolladas que en el de las economías subdesarrolladas. De hecho, el sector agrario de estas últimas es un consumidor muy modesto de energía fósil comercializable. Las áreas o países calificados de subdesarrollados no responden a un modelo estándar. Podemos distinguir entre ellos: países de nueva industrialización, países exportadores de petróleo, países con ingresos medios y los treinta y dos países más pobres. Cada grupo de países reaccionó de una forma determinada a los distintos impactos externos, siendo común a todos ellos un servicio de deuda y un endeudamiento externo pesado derivados de préstamos extranjeros solicitados para equilibrar la balanza de pagos. La agricultura de los países subdesarrollados se caracteriza por el desarrollo de cultivos de exportación y la penetración de multinacionales de muy distintos tipos con las consiguientes desventajas para los pequeños campesinos y consumidores, así como para la economía en general. Como conclusión, se señalan, siempre en la línea de lo “deseable”, varias orientaciones para la agricultura de los países subdesarrollados: dar respuesta a la demanda de la propia población, seleccionar funciones de producción que sean una combinación racional de los propios recursos y gestionar adecuadamente el medio ambiente en tres vertientes: el medio ambiente natural, la tecnoestructura creada por el hombre y el mercado social.